«Doctora: Máteme la culebrilla…»

El herpes zóster (o «la culebrilla» como se conoce a nivel coloquial -y sorprende un poco que todavia existe en algunos pacientes la creencia de que se trata de una culebra que se desplaza bajo la piel-), es un proceso relativamente frecuente, que afecta a un amplio porcentaje de la población. Es causado por el mismo virus que da lugar a la Varicela. Eso no quiere decir que todo el mundo que pasó la varicela vaya a sufrir en un futuro de herpes zoster, pero si presenta un 20% de probabilidad de desarrollar el Herpes Zoster.

A menudo, días antes de manifestarse el herpes zoster la persona puede sentir molestias como escalofríos o cansancio. Lo habitual es que al cuarto o quinto día aparezcan lesiones cutáneas agudas de localización habitualmente en un dermatomo afectado  y suelen predominar Dolor como el primer síntoma. Después de la resolución del episodio agudo, especialmente en personas mayores de 50 años de edad, es frecuente la persistencia de los síntomas neurológicos, acompañado de dolor invalidante denominado “Neuralgia post herpética”.  El diagnostico precoz y la instauración de un tratamiento en fase temprana puede prevenir la aparición de sus complicaciones.

Según  lo anteriormente mencionado, aprovechando un caso reciente vivido en consulta, me he planteado realizar la siguiente sesión clínica basada en la práctica médica, con la finalidad de fomentar el manejo del  HZ de una manera sencilla, didáctica y accesible en el área de atención primaria.

Bibliografia