Hasta hace poco, el ronquido era considerado como síntoma de buena salud, como signo inequívoco de sueño profundo y reparador.
Roncar ha sido hasta hace pocos años, motivo de bromas, chistes y por encima de todo, un incordio para quienes debían soportar al roncador/a.
Pero cuando se descubrió que los ronquidos no resultan tan inofensivos y que pueden esconder una patología considerada como uno de los problemas de salud pública más importantes, DEJARON DE SER OBJETO DE BURLA. Nos referimos al SAHS (Síndrome de Apnea-Hipopnea del sueño), un síndrome que se caracteriza por la aparición de episodios recurrentes de limitación del paso del aire durante el sueño como consecuencia de una alteración anatómico-funcional de la VAS que conduce a su colapso total (APNEA) o parcial (HIPOPNEA), provocando descensos en la saturación de oxiHb y microdespertares múltiples que dan lugar a:
– Un sueño no reparador.
– Somnolencia diurna excesiva.
– Trastornos neuropsiquiátricos, respiratorios y cardiovasculares.
Os presentamos aqui la sesión clínica que expuso nuestro compañero Jose Antonio Amo sobre como valorar inicialmente al paciente que nos consulta porque ronca