«Salud mental no implica ausencia de sufrimiento mental, sino la capacidad del individuo para tolerarlo, contenerlo y elaborarlo de modo que contribuya a aumentar su capacidad de pensar y por tanto comprender y afrontar nuevas situaciones».
La depresión es el trastorno afectivo más frecuente en el anciano y una de las principales consultas médicas, aun cuando su presencia puede pasar desapercibida; el ánimo triste no forma parte del envejecimiento normal y no es un acompañamiento natural e inevitable del declive de la actitud social. La depresión disminuye de forma sustancial la calidad de vida del anciano y puede abocar en discapacidad. Parece claro que un deterioro en la salud abogue hacia un ánimo deprimido, pero no se admite tanto que los síntomas depresivos complican el tratamiento de las enfermedades físicas y aumentan el riesgo de presentar nuevas enfermedades.
Por todo esto, el diagnóstico y el tratamiento de la depresión es de vital importancia en el anciano.
Las definiciones más aceptadas hoy en día son las descritas por la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10): episodio depresivo, trastorno depresivo recurrente y distimia; y el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV): episodio depresivo mayor, trastorno depresivo mayor episodio único y recidivante, trastorno distímico y trastorno no especificado. Tanto en la CIE-10 como en el DSM-IV existe otro grupo de trastornos depresivos incluidos en los llamados trastornos adaptativos que pueden presentarse con sintomatología depresiva, bien pura o bien mezclada con alteraciones de ansiedad, de la conducta o de las emociones.
Es muy importante realizar un buen diagnóstico diferencial con otras patologías como la demencia o el síndrome confusional , sobtretodo en estadíos iniciales.
Es interesante matizar que en ninguna clasificación existen subtipos específicos por la edad.
La llamada depresión vascular es un tema controvertido; aparece por lesiones vasculares cerebrales. Su clínica de presentación puede ser diferente, con un enlentecimiento en las funciones motoras y una disminución de interés por las actividades, alteración de la fluencia verbal, menor capacidad ejecutiva con alteración en la capacidad de iniciación, no se suele asociar a síntomas psicóticos, tiene menor agregación familiar y más anhedonia y un mayor grado de alteración funcional comparada con la depresión no vascular.
Aquí os adjunto una presentación que espero sea de vuestra utilidad.
Reblogueó esto en GERIATRIA HCSC.
Excelente revisión. Muy util el repaso de todos los aspectos de la depresión en el anciano y particularmente del diagnóstico, el tratamiento y las enfermedades relacionadas. ¡Enhorabuena!
Muchas gracias por su comentario, anima a seguir. Un cordial saludo. Enviado desde mi teléfono Nokia
Próximo a presentar en mi C. de Salud la sesión:»La depresión geriátrica:lo que hay que saber» me ha servido de un gran apoyo la sesión ·»Depresión en el anciano» del Dr. Fenollar para seguir los pasos en el desarrollo del tema que él ha establecido.
Sigo el blog de la Unidad Docente de MF y C de Mahon, celebrando todas y cada una de las sesiones por el gran provecho que suponen las mismas.
Felicidades.
Tomás Amorós Bueno
C. de Salud de Santomera(Murcia)
Apreciado compañero, muchas gracias por su comentario, esto siempre anima a seguir en nuestra formación y poder compartirlo con los demás. Un cordial saludo y seria un placer poder leer también su presentación.
Muchas gracias por tu comentario , desde luego por esto vale la pena. Un saludo.